La mayoría de los cepillos se puede utilizar para la limpieza de superficies oxidadas, por lo que resulta conveniente elegir el modelo más adecuado.
Si se necesita una mayor capacidad de arranque, en lugar de ejercer una excesiva presión sobre el cepillo, es mejor:
*Emplear un cepillo más agresivo, con alambre más grueso, menor saliente ó con alambre trenzado en lugar de ondulado.
*Incrementar la velocidad de giro del cepillo (con un modelo que pueda girar a más velocidad) o con uno de mayor diámetro, en el caso de cepillos circulares.
Los cepillos ondulados, por su mayor flexibilidad, son apropiados para trabajar sobre superficies irregulares y ofrecen un acabado más regular y fino. Por su parte, el alambre trenzado o retorcido confiere al cepillo mayor duración y gran capacidad de arranque, y genera un acabado más basto.
La limpieza de superficies con pintura se asemeja mucho a la limpieza de superficies oxidadas. La elección del cepillo más adecuado dependerá de la forma de la superficie a limpiar, del material y del acabado que queramos obtener.
En el mercado hay infinidad de tipos de pintura, algunas muy resistentes y otras blandas.